abril 07, 2008

Recopilaciones de pasados pisados...

“Las cosas son cuestión de tiempo”

¿De que tiempo habla ese dicho? ¿Bajo que ritmos se desarrolla? Horas, días, meses, años… vivo a mil, no me da el día, te conocí hace un mes, hace años que te quiero decir algo… Convencionalismos, cosas impuestas, para que te marques tu rutina y la estructura sea reina de tu vida. En esa realidad “organizada” todo será cuestión de tiempo.
Existe un sólo sentimiento que no se deja dominar, el que no todos se permiten disfrutar, ese que cuesta decir a la cara, el que te mete en el narcótico mundo rosa. Sólo ese se libra del tiempo, se escapa de los minutos, no cuenta los días y puede durar años.
Dejate sentirlo ¿sabes de que te hablo? Sólo a ese le tenemos miedo, por no ser aventureros.

Diciembre 2006, Montevideo, Uruguay.



"Para levantar vuelo desde esta tierra"

Desatar la imaginación es siempre una buena actividad. La capacidad de ilusión de los niños es admirable; muchas veces ilimitada. En ellos la imaginación es un modo de vida.
Pero los adultos sufren si se proponen vivir en ese mundo, por que la realidad los golpea, y nunca se iguala a la ficción perfecta que la mente crea.
Imaginar los más lindos momentos es hermoso, vivir en ellos es perfecto; mientras se está en ellos.
La realidad nunca se asemeja a lo pensado y es por eso que duele tanto, es la expectativa no lograda. Resta convertirla, adaptarla a tu manera, hacerla tuya. No es una idea loca…
El mundo fantástico es creado por nuestras mentes y solo encuentra límites dentro de ella misma ¿y la realidad? Quiero creer que sólo depende de mí, de lo que quiero y lo que busco. Así no existirá forma de que ambas no sean gemelas. Ni mejor manera que soñar con los ojos bien abiertos.

Enero 2007, Montevideo, Uruguay.


"Angustia Vital…"

Al plasmas lo que ella sentía en un papel, se sentía liberada. No tenía una causa concreta para estar así. Todo lo que le pasaba era causa justa para su estado. Decidió no comer nada, ya le había sucedido alguna otra vez. Su alma estaba vacía y quería que su cuerpo sienta lo mismo. Fue hasta el muelle y vio como las olas rompían. Esa danza casi perfecta la angustió aún más, pero la hizo sentirse viva. Lloró y lloró durante un tiempo, solo la conformaba el hecho de que esta vez sus lágrimas se perderían en el mar.
Angustia el no ser comprendido, que la palabra justa no este en el momento indicado, que un “te quiero” nunca llegue cuando es deseado, que los de más no actúen como tu esperabas.
En eso pensaba una y otra vez… un problema que el hombre lleva en su piel grabado a fuego. Nadie se libra de sentir así en algún momento, pero esto no era consuelo para ella, por que no lo es para nadie, por que no lo es para mí…

Marzo2007/Colonia, Uruguay.